¿Es la vitamina C la píldora definitiva que sustituye al gimnasio?

Nos gustaría, pero no, es una invención de Internet

¿Es la vitamina C la píldora definitiva que sustituye al gimnasio?

Nos gustaría, pero no, es una invención de Internet.

Internet es ese lugar donde uno aprende mucho y es el mismo lugar donde se desatan rumores falsos con riesgo de convertirse en verdad absoluta a fuerza de convertirse en virales.

La semana pasada le ha tocado a la vitamina C y sus supuestas propiedades para sustituir al entrenamiento, y al ejercicio físico en general. Como suele suceder en estos casos se citaron varios estudio que sustentaban la teoría que más o menos afirma que la vitamina C es tan buena para el corazón como la práctica del ejercicio físico. Y que por tanto eran intercambiables su hora de gimnasio por un vaso de zumo de naranja.

Es más que tentador, qué digo tentador, es una de las fantasías de los tiempos modernos que una píldora reemplace las horas de gimnasio o el esfuerzo de una dura carrera con idénticos beneficios cardiovasculares. Así que esta investigación realizada en la Universidad de Colorado revolucionó Internet.

Pero, desafortunadamente esto no es lo único que dice el estudio, aunque sea solo lo que haya trascendido a los titulares y foros de Internet. La investigación que se presentó en la Conferencia de la Sociedad Americana de Fisiología se refería a un grupo concreto de sujetos con unas características específicas, y que eran adultos sedentarios con sobrepeso y obesidad. Además eran solo 35, lo que lo convierte en un estudio pequeño y generalizar sus resultados puede ser arriesgado.  Los propios autores advierten de que sus hallazgos no pueden generalizarse a la población general.

Lo que buscaban los investigadores era si la vitamina C tenía la capacidad de reducir la presión arterial del mismo modo que lo hacía el ejercicio aeróbico (reduciendo la actividad de la proteína ET-1 que se relaciona con una mayor probabilidad de infartos e ictus), y vieron que efectivamente, los que tomaban una píldora de vitamina C conseguían reducir la presión arterial a niveles similares que los que practicaban ejercicio.

Pero no se investigó si también otros beneficios de la actividad física, como fortalecer el corazón o reducir el colesterol.

El estudio, que solo se concentró en la proteína ET-1,  no demostró ningún cambio clínico significativo en las medidas de la actividad del corazón como para suponer que si tomas una vitamina C diaria eso te exima de ir al gimnasio o te de carta Blanca para pasar más tiempo tirado en el sofá. Mucho menos para que los medicos deban considerar la vitamina C  como parte de un tratamiento para una persona enferma del corazón.

El diario estadounidense preguntó a Caitlin Dow una de las autoras del estudio, su opinión sobre la inesperada popularidad de su investigación, y esta fue su respuesta. “Casi todos los titulares que he visto tergiversaban el sentido y los resultados de nuestro estudio. He visto titulares que llamaban a la vitamina C, la píldora del ejercicio o que aseguraban que la vitamina C podía sustituir al gimnasio, y eso no es lo que hemos demostrado en la investigación. Incluso en algunos artículos en los que en el texto de la noticia yo afirmaba que la vitamina C no reemplazaba el ejercicio físico pero sí podía ser una buena opción para aquellos adultos obesos que no pudieran practicar deporte. Aún con esa declaración mía entrecomillada el titular era inexacto. Preferiría que los titulares se correspondieran con el texto de los artículos”.

Así que no tan rápido Internet. Aún no existe una píldora mágica sustituta del gimnasio que se llama vitamina C. No es hora de darse de baja.   

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