Adiós a los brazos de murciélago

La edad o una pérdida de peso importante son los causantes principales del descolgamiento de la piel de los brazos. ¿Se puede combatir? Sí. 

Brazos de murciélago
Brazos de murciélago

El paso del tiempo se manifiesta de múltiples maneras en nuestro cuerpo. No solo se refleja en la piel en forma de arrugas sino también en la aparición de manchas o su descolgamiento y exceso de flacidez. Pues bien, los brazos es precisamente una de las zonas que, si no se remedia a tiempo, más denota este envejecimiento. 

El descolgamiento de la parte interior del brazo, conocido como Brazos de murciélago, puede tener su origen en el paso de los años o en una rápida pérdida de kilos.  “La vida actual, repleta de comodidades (dirección asistida en los coches, funciones automatizadas, etc.), determina el escaso esfuerzo que se lleva a cabo con los brazos. Si además no se realiza ningún ejercicio físico para fortalecerlos, tienden a caer irremisiblemente”, explica el doctor Ángel Juárez, jefe de servicio del departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital La Zarzuela de Madrid.

Aunque en invierno esta caída de la piel no supone un problema para la mayoría de las mujeres, al llegar el verano y tener que enseñar los brazos, a muchas les crea inseguridad. Sin embargo, tiene solución. Por un lado, para los casos más extremos existe la braquioplastia, una intervención quirúrgica que requiere anestesia local. En ella se realiza una liposupción en la zona y a continuación se extirpa la piel sobrante. Esta intervención está indicada en los casos más extremos donde otras terapias ya no tengan efecto. 

En los casos menos marcados, existen otras alternativas que no requieren intervención quirúrgica ni por lo tanto, incómodas cicatrices. “Si el grado de descolgamiento no es excesivo, es posible trabajar la zona con la Bioestimulación corporal”, aconseja el doctor Ángel Juárez. “Aunque su uso es más conocido en el tratamiento del envejecimiento facial, también se aplica para tratar el envejecimiento de determinadas zonas corporales (cara interna de los brazos y muslos) consiguiendo así reafirmar en estas zonas corporales tan difíciles de tratar”.

El proceso, según nos explica el doctor Juárez, es el siguiente: "Se utiliza el plasma rico en plaquetas –que se extrae de la propia sangre del paciente-, que se introduce en la zona afectada por vía intradérmica a modo de mesoterapia. Después, se aplica un aparato de radiofrecuencia para producir una hipertermia local fisiológica; esto es, un aumento de la velocidad de las reacciones biológicas, aumentando la oxigenación y, disminuyendo la flaccidez de los tejidos”.

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