10 castigos que debes dejar de hacerle a tu pelo

¿La lavas y la cepillas concienzudamente cada día y, sin embargo, tu melena sigue sin tener un aspecto saludable? Puede que sea precisamente una rutina equivocada la culpable de que esté apagada, estropeada y quebradiza. Para notar una rápida mejoría, basta con cambiar algunos hábitos de los que, tal vez, ni siquiera seas consciente.

Pelo castigado

Errores que no debes cometer más con tu pelo. 

1. Lavarlo a diario

Salvo si practicas ejercicio físico intenso cada día, no es necesario lavarse el pelo con tanta frecuencia. El polvo y otras partículas de suciedad acumuladas a lo largo del día pueden retirarse con un suave cepillado. Aplicar champú tan a menudo puede irritar el cuero cabelludo y activar la producción de grasa. ¿Te resulta imposible saltarte ese ritual mañanero? Utiliza entonces productos muy, muy suaves y dilúyelos con agua antes de aplicarlos, para utilizar menor  cantidad.

2. Frotar en lugar de masajear

¿Eres de las que restriega y restriega con cada enjabonado como si no hubiera mañana? Mal. El pelo y las puntas solo necesitan un lavado ligero y el cuero cabelludo agradece un suave masaje para mejorar la circulación. Además, por más fuerza que imprimas no conseguirás mejores resultados.

3. Cepillarlo cuando todavía está mojado

Es un hábito muy común el de peinar el cabello nada más salir de la ducha. Pero cuando están mojados, los cabellos son frágiles y cada pasada del cepillo puede dañarlos. Lo mejor es peinarlos antes del champú o hacerlo con un peine de púas largas, respetuoso con el pelo húmedo.

4. Frotar para secarlo

Por si no lo hubiéramos restregado suficiente mientras lo enjabonábamos, al salir de la ducha se repite esta escena: con la cabeza boca abajo, volvemos a frotarlo enérgicamente para secarlo. Ese gesto también somete a nuestra melena a una dura prueba totalmente inútil, además. La toalla absorberá la humedad solo con que la presiones suavemente, hacerlo con más fuerza no hará que se seque más rápido.

Lily Aldridge

Lily Aldridge

5. Secador a toda potencia

Un cepillo redondo en una mano y el secador en la otra a su máxima intensidad son nuestras armas preferidas para una sesión de secado y peinado que puede durar media hora. El calor (tanto del secador como de las planchas o las tenacillas) daña seriamente el cabello. Lo mejor es dejar que se seque al aire, pero si eso es totalmente incompatible con el resultado que quieres conseguir, opta por utilizar el difusor y no sobrepases la potencia media. Finalizar con unos minutos de aire frío permite cerrar las escamas del cabello y ese simple gesto hace que esté más brillante.

6. Abusar del champú seco

Es una alternativa muy práctica para esos días en los que tu pelo no pasa por su mejor momento pero no hay tiempo de pasar por la ducha. Sin embargo si se abusa de él, puede pasar de ser un aliado para situaciones de emergencia a ser un enemigo nefasto. ¿Por qué? Porque reseca el cuero cabelludo y provoca picores e irritaciones. Haznos caso y úsalo sólo cuando sea estrictamente necesario.

7. Maltratarlo con gomas

No todas las gomas elásticas que usas para hacerte coletas y recogidos son iguales. Las peores ya sabes cuáles son: esas que se enredan con los pelos, que te hacen saltar las lágrimas cuando quieres retirarlas y que cuando por fin lo consigues, ves que con ella se va un buen mechón. Esas gomas fragilizan y rompen el pelo (y lo sabes). Vale más invertir en elásticos suaves, no demasiado finos, coleteros de tela (sí, se llevan de nuevo)  o esos de tipo cable telefónico que no hacen nudos, ni ejercen presión, ni dejan marcas.

Candice Swanepoel

Candice Swanepoel

8. No limpiar nuestros accesorios

Igual que haces con los pinceles y las brochas de maquillaje, los peines, las horquillas, las pinzas y otros complementos deben lavarse regularmente. ¿Cómo? Con agua y jabón o un espray desinfectante, un mantenimiento rápido y fácil.

9. No cortarlo

Paradójicamente, incluso si nuestra intención es dejarlo crecer, es necesario ir recortando las puntas cada tres meses aproximadamente. Lo mantendrás sano y además, un golpe de tijera regular que se deshaga de la parte más estropeada dotará a tu melena de mayor dinamismo y volumen.

10. Juguetear con él

Lo retuerces ente tus dedos, lo enroscas y lo desenroscas y te lo tocas sin parar… forma parte muchas veces de esos gestos casi involuntarios, de los que apenas nos damos cuenta, pero que contribuyen a engrasar el pelo y a que se ensucie antes.  Si toquetearte el pelo es una de tus manías, mejor que lo mantengas recogido para evitar tentaciones.

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