Qué hidratante corporal elegir según tu tipo de piel
Hay muchos tipos de productos para el cuidado del cuerpo. Ya sea una leche, un bálsamo, una crema o un aceite, te ayudaremos a tomar la decisión correcta para tu tipo de piel.
Para mantener una piel sana y bonita, es necesario hidratar la piel a diario con un producto de cuidado facial adaptado a tus necesidades. Y lo mismo ocurre con la piel del cuerpo. Aunque no solamos ser tan constantes con su hidratación, mimar tu cuerpo es igual de importante. Los rayos UV del sol, el viento, el frío, la contaminación o incluso el estrés son factores que pasan factura a nuestra piel.
Para mantenerla sana y perfectamente hidratada, es necesario hidratar la piel del cuerpo como mínimo una vez al día, preferiblemente después de la ducha. Pero, ¿qué producto de cuidado de la piel debemos elegir? Hoy en día, la gama de productos para el cuidado del cuerpo es inmensa: hay leches, bálsamos, cremas e incluso aceites. ¿Qué fórmula es mejor? ¿Cuál le conviene más a mi piel? Hoy hacemos un repaso por todas ellas para ayudarte a elegir.
Piel seca o muy seca
Tu piel necesita estar suave y nutrida. Para ello, deberás recurrir a los principios activos nutritivos, especialmente a los aceites y mantecas vegetales. Unas opciones muy buenas (y naturales) son todos aquellos productos que incluyan en su fórmula aceite de coco o de aguacate o manteca de karité, que son perfectos para las pieles secas o muy secas. En cuanto a texturas, mejor apostar por productos en crema, mantecas o aceites.
Piel normal
Estás de suerte porque puedes permitirte cualquier cosa. Aceite, bálsamo, crema, leche... todo se adaptará a tu piel. Así que regálate unos productos geniales con una textura divertida. Ya sea una leche ligeramente perfumada o una crema batida, ¡apuesta por el producto de cuidado corporal que más te guste!
Piel atópica
La piel suele picar y estar tensa. A veces incluso se pela, y tiene una necesidad especial de nutrición. Para cuidar la piel atópica, se recomienda utilizar productos nutritivos como los bálsamos. Por otro lado, evita a toda costa las leches perfumadas, que pueden resecar la piel y también provocar alergias.
Piel sensible
Si tu piel es sensible, se calienta y reacciona rápidamente, hay que tratarla con delicadeza. Por ello, te aconsejamos que prestes atención a la formulación del producto de cuidado que elijas. Recurre a productos enriquecidos con aceites vegetales y con un pH suave. En cuanto a la textura, te recomendamos una textura fluida como un aceite, una crema o una loción corporal.
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